EL HURACÁN |Roxana Méndez | EL SALVADOR
Era octubre y ambos corríamos
bajo la tormenta,
las nubes grises eran colinas
de hierba envejecida sobre nosotros,
los charcos en el suelo brillaban
como los ojos de los peces.
Y decidimos no volver,
decidimos detenernos bajo la lluvia,
volvernos un instante en la tempestad,
un residuo del cielo,
la palabra final de un rezo silencioso.
Como bañistas de otro tiempo
de pie a la orilla del mar,
nos volvimos del color de la niebla.
Una escena en grises y blancos.
Ausentes incluso de nosotros,
ni siquiera notamos
alrededor
el mundo
que desaparecía.
ROXANA MÉNDEZ